Mediante la operación llamada cesárea el feto se extrae a través de las paredes abdominal y uterina.
Para extraer al feto se practica un corte vertical u horizontal por debajo del ombligo, que pone al descubierto la matriz: ésta se corta horizontalmente y se extrae el feto.
La operación cesárea se emplea en casos de pelvis estrecha (desproporción pélvida-fetal), situaciones y presentaciones anormales, placenta previa, cesáreas anteriores, enfermedades maternas y sufrimiento fetal.
Cuando la cesárea es originada por estrechez de la pelvis es casi seguro que todos los partos posteriores requerirán de intervención quirúrgica. En otros casos, no siempre será obligado este tipo de intervención.
La operación cesárea dura más o menos una hora y la recuperación postoperatoria es rápida.
Operación Cesárea
Al igual que en el parto normal, el cordón umbilical se ata y se corta cuando termina la última pulsación. En este momento se coloca a la madre una inyección para provocar las contracciones uterinas, de modo que la placenta pueda ser expulsada.
El emperador Julio César dio su nombre a esta operación, mediante la cual él vino al mundo. Desde entonces y hasta algunas décadas era un riesgo que se corría en casos desesperados para salvar la vida al hijo. Hoy en día no constituye ningún peligro.