Los cambios de actitudes y los alcances en la tecnología anticonceptiva han permitido a las parejas decidir si quieren tener hijos y, en caso afirmativo, cuántos y cuándo.
La discusión de este tema se ha concentrado a últimas fechas casi exclusivamente en la forma de evitar el embarazo, pero para las mujeres que ya quieren tener hijos y se preguntan si están en la edad correcta para embarazarse?
Las mujeres menores de 18 y mayores de 27 años necesitan un periodo todavía mayor. El índice de fecundación de los hombres también disminuye con la edad. Los índices más altos se registran en los varones menores de 25 años. Mientras más frecuentes sean las relaciones sexuales, mayor será la probabilidad de obtener la concepción.
El momento en que es más factible que la mujer quede embarazada es durante la ovulación, cuando el óvulo sale del ovario. Esto sucede aproximadamente a la mitad del tiempo entre dos menstruaciones, pero puede ocurrir varios días antes o después del periodo menstrual.
El momento de la ovulación varía de una mujer a otra y de un mes a otro, aunque por lo regular es el decimocuarto día antes del comienzo de la siguiente menstruación. A menudo la mujer puede embarazarse haciendo que coincidan el acto sexual y la ovulación; esta técnica, sin embargo, no es siempre segura.
La forma más práctica para calcular el momento de la ovulación es por medio de la temperatura corporal, que generalmente desciende un poco justo antes de la ovulación y después aumenta aproximadamente medio grado centígrado.
Es ése el momento en que la concepción es más probable. Para observar este cambio se debe tomar la temperatura casi a la misma hora todas las mañanas y llevar gráficamente un registro de cada lectura. El termómetro clínico bucal resulta muy eficiente. Es preciso recordar que en algunos meses puede no haber ovulación.
Además, el cambio de temperatura puede ocurrir en cualquier momento, desde dos días antes hasta dos días después de la ovulación, por lo que este método sólo proporciona un cálculo del momento aproximado.
El empleo de lubricantes vaginales puede impedir la fecundación. El lavado o la micción después del acto sexual elimina buen número de espermatozoides y, por consiguiente, disminuye la probabilidad de un embarazo. La ausencia de orgasmo en la mujer no ejerce influen cia alguna sobre la fertilidad.
Según ciertos estudios, las altas temperaturas pueden entorpecer el movimiento de los espermatozoides, por lo que los baños prolongados con agua muy caliente (en el hombre antes y en la mujer después del acto sexual) limitarían hasta cierto punto, la fertilidad.
Aparte de la falta de una regla, son también signos de embarazo la fatiga, las náuseas, la sensibilidad de los senos y las micciones frecuentes. Se puede confirmar el embarazo con un análisis de orina que detecte la presencia de gonadotropina coriónica, una hormona que se secreta a principios de la gestación.