El melasma o cloasma, es una afección de la piel bastante común en las mujeres embarazadas, conocido con el nombre de máscara del embarazo, se trata de una hiperpigmentación marrón o grisácea circunscrita y de bordes irregulares que suele aparecer en los pómulos, área del bigote, frente o nariz de las mujeres embarazadas (90 %). Se debe a una alteración en los melanocitos (células que se encargan de producir melanina), generando un exceso de melanina. La melanina es una sustancia que le da pigmento a la piel, y cuya función principal es protegerla de los rayos ultravioletas del sol.
El melasma, también conocido como cloasma, es capaz de afectar a mujeres con cualquier tipo de piel, pero suele ser más frecuente en pieles oscuras. El melasma no solo aparece en mujeres embarazadas, también puede aparecer en mujeres no embarazadas pero que usan anticonceptivos orales, e incluso en hombres (10 % de los casos). Actualmente se reconoce que el melasma no es un problema estético meramente hormonal, por tanto ya no es considerado una anomalía que solo aparece por la estimulación de las hormonas, sino que de hecho resulta un pequeño detonante. A ciencia cierta no se conoce la causa específica de la aparición de estas manchas, sin embargo se considera que los cambios hormonales ocurridos durante el embarazo (aumento en los niveles de estrógenos) influyen en su aparición, asimismo la predisposición genética, problemas en la tiroides y la exposición excesiva a los rayos del sol. También han sido implicados otros factores como el consumo de algunos medicamentos anticonvulsivos y fotosensibilizantes.
La exposición a los rayos ultravioletas solares representa el agente causal más implicado en la aparición de este problema dermatológico.
A pesar de no suponer ningún peligro para la salud, el melasma o también llamado cloasma se puede tomar como un problema de tipo estético, y puede generar mucho estrés y baja autoestima para las mujeres que lo sufren, en especial si están embarazadas. En esto radica la importancia de asistir al dermatólogo ante la aparición de estas manchas, para descartar otras alteraciones.
Existen dos maneras de clasificar al melasma. La primera, los clasifica en un tipo transitorio y uno persistente. El transitorio es aquel que desaparece al cesar el estímulo hormonal, aproximadamente al año. El persistente es aquel que no desaparece y que suele deberse a la sobre – exposición de la piel ante los rayos ultravioleta. La otra clasificación, define tres tipos de melasma, uno epidérmico, uno dérmico y uno mixto. El melasma epidérmico solo afecta la capa más externa de la piel, notándose como una o varias manchas marrones con bordes bien circunscritos. El melasma dérmico afecta capas más profundas de la piel, causando manchas de color azul grisáceo. Y por último, el melasma mixto es una combinación de los dos anteriores, y se observa de un color pardo grisáceo.
Si bien nadie puede saber exactamente si padecerá de esta afección en algún momento de su vida, o en dado caso del embarazo (no todas las mujeres ni todos los tipos de piel son iguales), es importante estar atento e implementar ciertas medidas preventivas para evitar la aparición de esta o cualquier otra afección de la piel. A continuación te explicamos algunos tips para evitar el melasma en mujeres embarazadas:
- Protección solar: Utiliza filtros y protector solar todos los días como hábito de belleza si te expondrás al sol.
- Utiliza sombrero, gorras o una sombrilla cada vez que salgas.
- Consume vitamina C cotidianamente: Estudios han demostrado que la vitamina C o ácido ascórbico ayuda eficientemente a mantener la salud de la piel protegiéndola de los rayos solares, evitando la aparición de manchas y en caso de sufrir de melasma colabora eficazmente para que las manchas disminuyan.
- Consume alimentos ricos en flavonoides: Los flavonoides son compuestos de origen natural que cumplen funciones como antioxidantes, antiinflamatorios y anti cancerígenos, resultando de mucha ayuda para evitar y tratar el melasma. Se ha descubierto que algunos compuestos de los flavonoides como la catequina conjugada, son capaces de ofrecer beneficios hipopigmentarios. Este compuesto se encuentra en hojas de té verde, fresa, eucalipto y aloe vera. En general los flavonoides puedes encontrarlos en alimentos como la cebolla, manzana, fresas, pimientos, frutas cítricas, entre otros.