Una futura madre puede recibir con alegría o inquietud la noticia de un embarazo múltiple. Los bebés pueden ser mellizos, trillizos, cuatrillizos, quintillizos, etc. para sorpresa de los padres.
Cualquiera que sea el número, los bebés pueden ser univitelinos o bivitelinos.
En los embarazos múltiples influye el factor herencia. Partos gemelares o múltiples de los antepasados de una o ambas ramas, harán que la mujer tenga más posibilidades a este tipo de partos que cualquier otra.
Cuanto mayor sea el número de fetos nacidos de un solo parto, menos es su vitalidad y grado de supervivencia. Existe una diferencia entre mellizos y gemelos:
a. Mellizos. (Embarazo bivitelino). Proviene de la fecundación de dos óvulos distintos por dos espermatozoides diferentes; cada cual tiene su propia placenta, dado el origen aislado de cada huevo. Los fetos son de igual o distinto sexo y se parecen más o menos entre sí.
Cada uno tiene circulación propia destinada al correspondiente feto, cordones umbilicales independientes, dos amnios y dos coriones (tabique interovular de cuatro membranas).
Las enfermedades y malformaciones congénitas que se pueden presentar son independientes para cada uno, pudiendo, por lo tanto, aparecer en los dos o en uno solo (Eritroblastosis en un solo riño, constituye el 85% de los embarazos dobles).
b. Gemelos. (Embarazo univitelino). Es la fecundación de un solo óvulo por dos espermatozoides diferentes o por un espermatozoide con dos cabezas. Esto determina que los fetos sean del mismo sexo, pero de distinto peso y desarrollo, siendo muy semejantes entre sí físicamente poseen idénticas huellas digitales, ya sea en forma directa o espeja, etc.
Este tipo de embarazo constituye, a veces, el origen de malformaciones dobles. Dada la proximidad de ambos fetos se puede originar una soldadura de los mismos por la cabeza, el tórax o las nalgas (siameses).