Este ejercicio exige dos cosas fundamentales: reposo y tiempo. Se recomienda quince minutos diarios de absoluto retiro en una habitación oscura, olvidando inquietudes y preocupaciones. El relajamiento no se consigue por la fuerza; debe aprenderse.
Para comenzar un ejercicio de relajamiento hay que concentrarse; este ejercicio de relajamiento es importante porque permitirá a la mujer embarazada recuperarse de sus fatigas entre contracción y contracción, le ahorrará energías y le facilitará la dilatación del canal de parto en el momento del alumbramiento.