¡Sí! Los dolores se originan, generalmente, cuando los músculos, que tenían que estar relajados, se tensan. Y la tensión es una consecuencia lógica al temor en las futuras madres, cuando no saben bien lo que les espera.
Estos peligros, infundados, son transmitidos, por las madres, tías o amigas que le han descrito estos momentos como “tan difíciles”. Todas estas ideas aumentan, muy a menudo los dolores.
Llegó la mal llamada “hora difícil”. Si la madre se encuentra informada de lo que es un parto, y si está preparada para colaborar en el nacimiento de su hijo, no tendrá tiempo para sentir miedo. Esa “hora difícil” puede convertirse en la hora más dichosa.
¿Existe el parto sin dolor? ¡No!
Con frecuencia se oye hablar de partos sin dolor. Efectivamente, la aplicación clínica de nuevos métodos de anestesia o de’ medicamentos especiales hacen posible estos partos sin dolor, vividos por la paciente en pleno conocimiento, sin recurrir a los narcóticos o al uso del éter, que son medios especiales que se reserva para ciertas situaciones críticas, en que debe salvarse una vida amenazada.