El marido debe ayudar psicológicamente a su esposa en estas horas decisivas. Si existe confianza y amor entre los cónyuges, el parto se convertirá en un acontecimiento extraordinario para ambos.
Si las relaciones matrimoniales son buenas, sería lógico suponer que el momento más maravilloso de la vida de la mujer será también el momento más maravilloso de la vida del matrimonio. El padre tiene derecho a vivir, junto a su mujer, esa nueva sensación familiar que se experimenta al oír el primer llanto del hijo.
En estas circunstancias el marido ha de comprender su exacto papel: debe ayudar psicológicamente a la esposa; ya que su sola presencia infundirá confianza en ella y sabrá compensar, con amor, los momentos de mayor dolor o temor.
Los matrimonios que deciden asistir juntos al nacimiento de su hijo deben buscar con tiempo un médico y una clínica que les facilite el logro de este deseo.