La fase de dilatación se inicia con las contracciones regulares (dolores del parto) y termina cuando el orificio del cuello de la matriz se ha abierto por completo. Es la etapa más larga y la más penosa, pues es muy dolorosa.
Las contracciones son involuntarias y rítmicas (se repiten con una frecuencia de 2 y 3 contracciones cada media hora) y dolorosas. Su función es dilatar el orificio del cuello de la matriz, que está completamente abierto, y empujar la cabeza del feto hasta la pelvis.
Algunas mujeres no se angustian con los dolores y los soportan sin quejarse demasiado. Otras pierden la tranquilidad, se enervan, gritan y se agitan. La actitud que debe tomar la madre es de relajación, pues ello facilita la labor de los que la asisten.
En un principio, mientras dura el período de dilatación, la mujer puede andar. Cuando las contracciones son más intensas ella misma siente necesidad de acostarse.