Muchas veces los cambios que se producen en la embarazada producen alteraciones en el ánimo de la futura madre porque son cambios físicos y psicológicos, y éstos afectan, principalmente, a las “primerizas”.
La futura madre puede sentir cierto temor hacia la gran responsabilidad que significa dar a luz; abandonar su etapa de adolescente y de hija para convertirse no sólo en una persona adulta sino también en una madre.
Es posible, quizás, que el marido se dé cuenta de que ella está lejana y un poco nerviosa. Si ya tiene hijos, aunque sean muy pequeños, es frecuente que ellos perciban a su madre distinta e irritable.
Un marido comprensivo y sensible debe demostrar que todo sigue igual que cuando eran enamorados.
(No hay que descuidarse, ni dejarse llevar por los continuos caprichos). Se debe mostrar interés por el marido y dejarse mimar Por él siempre que lo intente.