El universo se encuentra en constante movimiento, al igual que nosotros.
Alcanza tu propio equilibrio practicando esta técnica milenaria que combina elementos de la naturaleza con el fluir constante de la tierra.
Los orígenes del Tai Chi Chuan se remontan a principios del siglo XV y es el único dato aproximado a su procedencia ya que convergen en distintas historias los primeros pasos de esta práctica.
Si bien el Tai Chi es considerado como un arte marcial, sus principios que evocan la relajación del cuerpo, la concentración y el equilibrio del cuerpo llevan a darle un significado más profundo asociado al trabajo en la belleza del ser y el equilibrio de nosotros mismos en consonancia con el universo.
Es decir, tiene como objetivo fundamental establecer una conexión entre cuerpo y alma y el universo mismo, viéndolo como un todo.
Los ejercicios son practicados de forma lenta y pausada, poniendo mucha atención en el ritmo de la respiración y la correcta ejecución de cada postura, pero alcanzando la naturalidad y siguiendo el fluir de nuestro cuerpo.
De esta manera vemos como el movimiento llamado BAIHE LIANGCHI evoca a una grulla extendiendo sus alas y la postura YUNSHOU simboliza acariciar las nubes.
Sin duda el Tai Chi Chuan nos da la oportunidad de trabajar en una mejor calidad de vida, ya que los beneficios que aporta en relación a la salud tiene efectos positivos tanto física como psíquicamente, al establecer un equilibrio corporal mediante la practica continua también equilibra el sistema inmunológico y circulatorio a la vez que nos permite estar más enfocadas en las acciones y objetivos que nos planteamos día a día.
La práctica del Tai Chi se puede realizar en solitario o en grupo, en espacios abiertos o cerrados. Siempre ataviadas con ropa cómoda y preferiblemente sin calzado, ya que el contacto con la tierra nos demuestra que formamos parte de un todo.
Vía imágenes: gettyimages, Thyroidbase.com