Lucir hermosa, sentirse hermosa
Las inseguridades de una mujer son muchísimas. Hay una expectativa tácita sobre la belleza y la perfección, como si todos esperaran que las mujeres seamos hermosas, sexys, delgadas y con un cuerpo perfecto. Los estándares son tan altos que casi ninguna mujer pueda alcanzarlos, aunque eso no implica que estemos obsesionadas con conseguirlo.
Muchas mujeres no están felices con sus cuerpos, aunque sean sanos; se comparan constantemente con otras y viven en la eterna búsqueda del cuerpo perfecto; muchas sin siquiera darse cuenta de esas actitudes. Olvidan por completo su individualidad y que lo imprescindible para lucir hermosa es sentirse hermosa.