Antes que todo, estos dos métodos de asistencia son únicamente para personar que no puedan tener hijos y desean tenerlos, la infertilidad es un caso muy grave, lastimosamente hay personas que desean tener hijos y no pueden, mientras, que otros que si pueden tener no los quieren o sencillamente los desean por alguna razón personal.
La Inseminación Artificial es un proceso médico, se encarga de extraer el esperma del macho e introducirlo en el útero, en el cuello uterino o en las trompas de Falopio de la hembra. De esta manera, mediante un seguimiento médico, se puede saber si la hembra está o no embarazada. En el caso de los humanos el esperma puede ser de la pareja o de un donante. En caso de que sea el hombre que presente la infalibilidad. Dicho donante no puede ser conocido por la pareja. Este proceso se puede realizar las veces necesarias, aunque los doctores recomiendan hasta un máximo de 6 intentos.
La fecundación In Vitro es un proceso algo más complicado, consiste en extraer un espermatozoide y un óvulo sano, de ambos dos, e introducirlos en un tubo lleno de líquidos suplementarios, en este el espermatozoide podrá fecundar al óvulo y luego de esto, traspasar ya el óvulo fecundado a un útero que lo pueda soportar. Con esta técnica hasta una mujer de 60 años puede tener hijos.
Con ambas técnicas, existe el riesgo de tener un embarazo múltiple.
Tasas de efectividad de las Técnicas IA y FIV
La efectividad de ambas técnicas depende fundamentalmente de la calidad de las muestras a usar. En el caso de la Inseminación Artificial la efectividad, entre el primer y cuarto intento es muy escasa. Solo después del cuarto intento se encuentra una efectividad mayor al 40 %. En cambio, en la Fecundación In Vitro se pueden encontrar mayores resultados, sobre todo si el óvulo usado pertenece al mismo útero en el que se va a gestar el bebé.