Un problema que en la actualidad es motivo constante de consulta es el insomnio, consecuencia del estrés diario que en conjunción con sustancias estimulantes como el café, alcohol y tabaco modifican de forma progresiva el patrón normal del sueño.
En principio el sueño es un estado fisiológico natural del cuerpo que se traduce en una pérdida de la conciencia y también de la actividad motora, con la característica que un simple estímulo puede interrumpir esa circunstancia volviendo al individuo a su esta de vigilia.
Por otra parte, el patrón relacionado con el sueño no es uniforme y presenta diferentes etapas que se diferencian perfectamente.
El sueño nocturno se desarrolla en varias etapas o ciclos de 90 a 120 minutos de duración cada uno de ellos que comienza con el sueño lento hasta llegar al sueño profundo donde nuevamente comienza el ciclo.
Sin embargo a medida que se tiene más edad la duración de las fases del sueño van cambiando como también se modifica la necesidad de dormir y por ello un bebé dormirá durante casi todo el día hasta llegar a los cuatro años de allí hasta la adolescencia donde una persona puede dormir hasta diez horas diarias.
Ya en el caso de los adultos existen grandes variaciones ya que una persona en esa etapa de la vida presenta importantes variaciones durmiendo de cinco a nueve horas diarias y los ancianos tienen un sueño más ligero que hace que se despierten varias veces durante la noche.
La alteración más común a estos padrones de sueño es el insomnio caracterizada por una disminución de la cantidad de horas de sueño, siendo algo que ocurre de forma involuntaria.
Quienes padecen de insomnio ven deteriorada su capacidad para llevar adelante diversas actividades diarias y las manifestaciones más comunes son el cansancio, irritabilidad, somnolencia y falta de concentración.
Una persona que sufre de insomnio puede también padecer un estado de depresión o cefaleas.
Las causas del insomnio son variadas y pueden deberse a malos hábitos de vida, ingesta de sustancias excitantes del sistema nervioso y algunos medicamentos que tienen ese efecto de quitar el sueño.
A lo anterior deben sumarse los trastornos emocionales, psíquicos enfermedades de origen psiquiátrico como la esquizofrenia y algunas enfermedades orgánicas.
Un cambio de hábitos puede en la mayoría de los casos solucionar el problema de insomnio, siempre que no se debe a los problemas específicos mencionados anteriormente.
Dormir y levantarse a la misma hora diariamente. No dormir durante el día. Realizar actividad física. Evitar comidas copiosas. Evitar fumar e ingerir café, alcohol, al menos 3 o 4 h antes de acostarse. Evitar situaciones estresantes. Mantener un ambiente agradable en la habitación tanto relacionado con la temperatura como con el ruido y la iluminación.
Los tratamientos utilizando plantas medicinales pueden ser útiles con la salvedad que las plantas con efecto sedante no deben ingerirse conjuntamente con fármacos. Lúpulo, melisa, pasiflora, valeriana, amapola y el espino blanco son algunas de las plantas más comunes para combatir el insomnio.Si el problema persiste será necesario consultar al especialista ya que si el insomnio se transforma en un problema crónico puede traer consecuencias más graves a quien lo padece.
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