Entre un embarazo y otro debe existir un tiempo prudencial, necesario para la recuperación risita y psíquica de la madre, la adaptación de la familia al nuevo niño y para que éste reciba las atenciones que requiere.
Toda mujer que ha tenido hijos muy seguidos sabe que los problemas aumentan ya se trate de cuidados, enfermedades, alimentación o lavado de pañales. También sabe de la imposibilidad de recuperar su figura, principalmente porque no se da tiempo a los músculos abdominales para retornar a su estado anterior. Y esto no sólo es un problema estético sino también de salud.