Ninguna mujer embarazada debe sentirse apartada de la moda en el vestir, en el gusto por el peinado o en el maquillaje; al contrario deberá tener un aspecto cuidadoso y agradable, incluso hasta en el momento mismo de dar a luz.
Hasta el quinto mes, la futura madre puede vestirse con el vestuario normal. Un vestido prenatal proporciona una mayor libertad de movimientos; no debe llevar prendas que opriman la cintura; los vestidos sueltos son imprescindibles. Los colores son un factor psicológico fundamental. La futura madre que sabe elegir bien su color favorito aparecerá encantadora a los ojos de los demás.
La faja de maternidad debe proteger los músculos del vientre sin dejarlos sueltos, para evitar un futuro vientre caído. Ayuda también a sujetar las medias y a sostener al niño.
Sí, las uñas y los cabellos, a menudo, pierden brillo y solidez, pero también contra esto hay remedios y pequeños recursos:
Las uñas quebradizas astilladas se fortalecen rápidamente pintándolas semanalmente con yodo incoloro. Es preferible llevar uñas cortas y perfectamente cuidadas, evitando así el mal efecto que causan si están rotas y desiguales.
Si los cabellos suelen volverse opacos y quebradizos hay que lavarlos siempre que sea necesario e incluso si es posible, teñirlos o aplicarles reflejos. Un masaje con una buena loción capilar vivifica el cuero cabelludo. Durante este tiempo no se aconseja la permanente. Es preferible un peinado corto, más fácil de cuidar, menos delicado, porque proporciona un aspecto más ligero y agradable.
El uso de aire caliente del secador para el cabello debe evitarse en lo posible al final del embarazo. No conviene sobrecargar la circulación sanguínea de la madre.
