Puede parecer algo lógico sin embargo se trata de una premisa literal y es que muchos estudios dan a conocer que estar enamorado repercute positivamente en el estado del corazón. Así lo puede llegar a hacer más fuerte frente a los avances de ciertas enfermedades como es el caso del cáncer o la diabetes, muy habituales, por desgracia, en nuestra sociedad.
El estado de ánimo en que se encuentre el paciente es fundamental junto con otros factores como la dieta o el control de la tensión. Su importancia es vital por lo que se recomienda generar un entorno agradable y positivo en su día a día para enfrentarse a los posibles avances o problemas que su enfermedad puede generar. Este entorno depende, fundamentalmente de la familia y amigos, y más directamente por la pareja. Una situación de amor y felicidad mutua es lo más recomendable, por el contrario si existe tensión o ausencia puede perjudicar el estado del proceso.
Un estudio llevado a cabo por prestigiosos investigadores en Estocolmo tomando de referencia a 600 mujeres nos dan a conocer que aquellas con matrimonios difíciles en los que se palpa la tensión y se incrementan el estrés pueden generar un mayor riesgo de padecer un ataque cardiaco frente a las que tienen un matrimonio estable y tranquilo. Estos resultados que relacionan directamente el estado anímico con los problemas cardiacos llevan a las mujeres a plantearse muchas cuestiones en relación a su vida personal y cómo ésta puede llegar a afectarlas.
La salud es una de las cuestiones más importantes de la vida de una persona por lo que para reforzarla y evitar problemas no sólo hay que cuidar el estado físico sino también prestar atención a la fuerza anímica. La familia es fundamental para conseguir el entorno ideal sin problemas ni situaciones extremadamente estresantes.