En el niño de dos años y medió influye mucho lo ritual para poder dormir, por ejemplo abrazar su almohadita, no poder dormir si no se ha despedido de sus padres o algún otro detalle que hacia los tres años tiende a desaparecer.
En el niño de cuatro años, el hecho de pasar a una cama grande es considerado como una promoción social, la cual puede influir para que no siga mojando la cama.
Las causas por las que no puede a veces conciliar el sueño son las siguientes: 1) Falta de aire suficiente, 2) Calor o frío, 3) Luz, 4) Las sábanas arrugadas le molestan, 5) Alguna emoción como sustos, celos, b) Preocupación, por un juguete nuevo, por ejemplo.
Malos hábitos en relación con el sueño:
Enuresis: Todo niño moja su ropa pero el aprendizaje depende del cuidado y constancia que haya tenido la madre para enseñarle a pedir. Lo normal es que a los dos años ya no se moje, y a los 3 se controle aún durante el sueño; éste es un control subconsciente. El niño que pasados los 3 años continúa mojándose, tiene un descontrol en la orina llamado enuresis. Ello se debe la mayoría de las veces, a conflicto emocional.
Regulación de los esfínteres: Se le enseña desde los tres meses (edad en que ya puede sentársele a un bebe) en la siguiente forma: la madre conoce la hora que su bebe acostumbra mover el estómago, entonces debe alentársele colocando la bacinilla, mientras le dice algo para estimularlo. Forma así el niño una asociación consciente entre el recipiente, la excreción y cierta expresión especial de la madre. A los 15 meses se establece bien esta, asociación.
Chuparse el dedo: Cuando el bebe descubre sus dedos lo natural es que se los lleve a la boca. Mejor es prevenir antes de que se forme el hábito, entregándole un juguete cada vez que trate de hacerlo. Cuando es grandecito, si tiene ya el hábito, se le dirá: “mantén tus manos correctamente” o se le mandará a mirarse al espejo con el dedo en la boca. Pero lo peor es hacer demasiado hincapié en los malos hábitos, no conviene prestarles mucha atención.
No es conveniente que el niño se acostumbre al uso del chupón, debido a que éste continuamente cae al suelo y necesita vigilancia especial lo cual constituye un trabajo más para la madre.
También ocurre a veces, antes del año, que el niño descubre por casualidad sus órganos genitales. El adulto procederá como en el caso anterior: prestarle algún juguete para que se entretenga, lo mismo hará durante el baño con algún juguete que flote y cautive su atención.
Lo acostumbrará a abrazar su osito para que se duerma, a dormir con sus brazos encima de la sobrecama, controlar que sus ropas sean holgadas y cómodas. Por otro lado, si no se le da demasiada atención, es un hábito pasajero en la mayoría de los niños.
