Está claro que las causas básicas de la arteriosclerosis, es decir los fenómenos que dan lugar a la enfermedad, si se conocieran harían que la arteriosclerosis no fuera un problema. Sin embargo lo es y grave, a pesar de los numerosos estudios realizados sobre este tema, nos encontramos aún en la más absoluta oscuridad. En parte el fenómeno se explica teniendo en cuenta las dificultades que se encuentran para diagnosticar la arteriosclerosis, dada la escasez de síntomas que ésta presenta fuera de los accidentes agudos se ha dicho que solo el 5-10% de los arterioscleróticos presenta síntomas clínicos evidentes. Los únicos datos que pueden ser tomados en consideración son, por tanto aquellos que se derivan del estudio de individuos afectador por el infarto de miocardio, apoplejía cerebral o gangrena de los miembros inferiores enfermedades que surgen en general después de lesiones arterioscleróticas, del estudio de cadáveres en los cuales haya signos de la enfermedad y de investigaciones experimentales sobre animales, investigaciones que pasan al campo humano dejan siempre serias dudas.
De todas formas, de estudios epidemiológicos llevados a cabo en los Estados Unidos por las Sociedades aseguradoras sobre decenas de miles de individuos, se obtiene que el riesgo de encontrarse con un accidente de base arteriosclerótica especialmente el infarto cardiaco es lo más alto en individuos varones adultos con alta tasa de colesterol en la sangre, con hipertensión arterial, que sean obesos, fumadores y que desarrollen una escasa actividad física.
Ahora veremos si logramos aclararnos, en base a lo que en la actualidad se sabe sobre la arteriosclerosis, los mecanismos a través de los cuales actúan estos factores, es decir si logramos encontrar un punto de encuentro en el plano biológico a estos datos que parecen válidos en el plano estadístico.
SEXO Y EDAD EN LA ARTERIOSCLEROSIS
Es un hecho que entre los varones adultos se encuentra con mayor frecuencia la arteriosclerosis, que los varones sean más propensos que las mujeres a la enfermedad, por lo menos en edades intermedias, es un hecho conocido desde hace tiempo.
Las mujeres, de hecho están protegidas, pero sólo hasta que termina la edad fecunda. Después de la menopausia la relación entre los dos sexos se equilibra, parece que las mujeres estén protegidas por los estrógenos, las hormonas sexuales femeninas, que se reducen de forma brusca cuando cesa la actividad sexual.
En lo que respecta a la edad, si es verdad que los adultos se ven más afectados por la enfermedad, esto no significa que ésta se presente en individuos jóvenes. Son considerables los resultados obtenidos por las autopsias de los soldados americanos muertos durante la guerra de Corea, que informaron de la presencia de lesiones arterioscleróticas completamente asintomáticas en muchos de los jóvenes muertos.
Estudios realizados en niños, muertos por causas muy distintas, han resaltado además la presencia de fenómenos arterioscleróticos incluso en recién nacidos.
Parece, por tanto que en algunos individuos la arteriosclerosis comience a establecerse inmediatamente después del nacimiento. Obviamente es imposible decir cuál puede ser el destino de estos sujetos. En los Estados Unidos estudios realizados en individuos de treinta y cinco años de edad, muertos en accidente, demostraron la presencia de graves lesiones arterioscleróticas en las coronarias, tales que reducían en un 50% el flujo sanguíneo sin que ningún síntoma hubiese advertido su existencia.
ARTERIOSCLEROSIS Y COLESTEROL
La importancia del colesterol en la determinación de la arteriosclerosis ha suscitado infinitas polémicas, hace algunos años se había llegado casi a la identificación de la arteriosclerosis con el colesterol. Después esto fue desechado y probablemente demasiado rotundamente. Hoy se tiende a redimensionar su importancia que es considerable, los datos que avalan son numerosos, ante todo los experimentales, la determinación de alguna manera, sobre todo con dietas ricas en grasas de una elevación de la tasa de colesterol en la sangre de los más variados animales, provoca de una forma casi constante la aparición de lesiones arterioscleróticas en las paredes arteriales.
Encontramos una confirmación al estudiar la distribución de la arteriosclerosis en el mundo. Los habitantes de Guatemala, los hebreos israelís, los bantús de Sudáfrica, los chinos, los japoneses y los apaches que viven en las reservas raramente padecen de arteriosclerosis y su tasa de colesterol hemática es baja. Por el contrario los estadounidenses, ingleses, los suecos y en parte los finlandeses se encuentran entre los individuos mas afectados por la arteriosclerosis y en ellos la tasa de colesterol hemática es especialmente alta. Se podría objetar que. Al existir diferencias raciales notables entre los pueblos, los primeros pueden ser constitucionalmente menos propensos que los segundos a la enfermedad arteriosclerótica, independientemente de su tasa de colesterol hemático. Se da, sin embargo el hecho que la dieta de los pueblos inmunes a la arteriosclerosis es siempre pobre en grasas, a diferencia de la dieta de los pueblos con alta incidencia arteriosclerótica que siempre es muy rica. Además otro dato muy significativo ha demostrado que los hebreos y los japoneses que se trasladaron a los Estados Unidos son objeto, con la misma frecuencia que los americanos de complicaciones de origen arteriosclerótico.
Parece que sea el tipo de vida y no la raza lo que predispone a la arteriosclerosis y sobre todo que el porcentaje de grasas en la dieta tenga una importancia fundamental. En efecto individuos enfermos de diabetes o de nefrosis o de un rara enfermedad congénita, la xantomatosis caracterizada por un alto nivel de grasas en la sangre, son objeto con bastante frecuencia de la arteriosclerosis, mientras que otros afectados por una enfermedad como el de mieloma, que comporta un descenso en la tasa de lípidos en la sangre se encuentran afectados con una frecuencia reducida. Por último se podría afirmar que la malnutrición es la mejor profilaxis de la arteriosclerosis.