En el siguiente artículo nos centraremos en hablar de algunos de los casos de negligencias médicas más destacados que han ocurrido en los últimos años. Es una pena que casos así cada día sean más comunes y que este tipo de problemas, que afectan a la salud de las personas, no se penalicen a veces de forma severa.
La buena noticia, es existen organismos y empresas como es el caso de Justicia Médica, los cuales gracias a su equipo de abogados, se encargan de ayudar a todos los pacientes afectados. Conseguir una indemnización es el menor de los consuelos cuando se tiene un problema así, pero algo es algo y es lo mínimo que se debe hacer en un caso donde se atenta contra la salud de una persona.
Retractor en el pecho
Es probable que todos los que lean esto hayan escuchado historias sobre personas que se someten a operaciones y luego se enteren de que tenían objetos extraños cosidos dentro de ellas. Hay alrededor de 1.500 informes de este tipo cada año en los Estados Unidos. Aunque no es común, tal ocurrencia puede ser extremadamente dolorosa y puede llevar a otras complicaciones como infección o sangrado interno. Lo que diferencia a Daryoush Mazarei de otros ejemplos no es el hecho de que el objeto que dejó dentro de su pecho, un retractor, tuviera 10 pulgadas de largo, ni que pudiera verse físicamente asomándose. Es que cuando regresó al Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, le dijeron que debía buscar atención psiquiátrica. Después de un mes de dolor agonizante, múltiples quejas y de que le dijeran repetidamente que el problema estaba en su cabeza, finalmente le hicieron una tomografía computarizada a Marazei y le quitaron el objeto. Ha iniciado un proceso judicial contra el hospital.
Fuego en operación
En 2009, Janice McCall, de 65 años, murió seis días después de que se incendió durante la cirugía. Mientras que la causa del incendio no fue liberada en este caso, hay una serie de otros ejemplos que pueden explicar las posibles causas de la ignición en la cirugía: En 2012, Enrique Ruiz sufrió quemaduras de segundo grado después de que un bisturí electrónico hiciera explotar su suministro de oxígeno, que el hospital trató de tapar, y Catherine Reuter, de 74 años de edad, sufrió quemaduras de segundo y tercer grado después de que una herramienta de cauterización provocara el incendio del desinfectante a base de alcohol que tenía en la cara. El incidente condujo a infecciones fuertes, insuficiencia renal y sedación a largo plazo. Reuter nunca se recuperó completamente, y murió en el hospital dos años después. Se estima que los incendios quirúrgicos afectan hasta a 650 pacientes al año.
Diagnóstico erróneo
Kim Tutt se estaba haciendo una radiografía de la mandíbula en el dentista, cuando notaron un bulto grande en el lado izquierdo de la mandíbula. Después de someterse a más exámenes, le dijeron que le quedaban de 3 a 6 meses de vida. Los médicos le dijeron que posiblemente le podrían dar tres meses más si le extirpaban el lado izquierdo de la barbilla, hasta la oreja, y se lo reemplazaban por el peroné. Desesperada por pasar más tiempo con sus hijos de 10 y 12 años, se sometió al procedimiento. El bulto fue removido, y aunque ligeramente desfigurado, Tutt estaba agradecida de tener tiempo extra con sus hijos. Tres meses después, la llamaron al consultorio del médico, quien le dio la buena noticia de que estaba libre de cáncer. La mala noticia era que de hecho nunca había tenido cáncer. Había habido una confusión en el laboratorio, y Kim Tutt había pasado por cinco cirugías y había quedado desfigurado por nada.
Es sorprendente, que con los avances tecnológicos que existen hoy en día en el campo de la salud, sucedan este tipo de casos. Y es más grave aún que muchas veces se queden en el olvido o los afectados no reciban ningún tipo de explicación o indemnización.