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Mi hijo no me hace caso ¿Que Hago?

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Ante una actitud de desobediencia, se debe tomar una actitud firme, por ejemplo, contarles lo siguiente: » Un día una mamá pajarito, e dijo a su pichón, que no saliera del nido, hasta que ella

Vuelva con la comida. El pequeño desobedeció y fue comido por un gran gato».

» Si yo te digo que no salgas a la calle, es porque temo que te atropelle un auto. Te quiero tanto, que si es necesario te castigaré cuando desobedezcas, para recordarte cuán importante eres para mí y cuán importante es lo que te digo».

Si cuando los bebés comienzan a caminar y en su torpe intento, tropiezan con un mantel y rompen los vasos que estaban encima, torpe sería castigarlos. Si somos conscientes de que los niños tienen una natural y necesaria curiosidad por conocer mediante el tacto todo lo que esté a su alcance, guardemos en un lugar seguro esos preciosos adornitos de porcelana.

Acá podemos emitir una afirmación muy sabia: » se debe castigar la rebeldía a la autoridad, pero nunca la irresponsabilidad propia de un niño». Si uno decide controlar la situación y castiga a su hijo delante de esos deleitados ojos de sus amiguitos, se corre el riesgo de humillarlos.

El amor propio ó autoestima es el más frágil atributo de la naturaleza humana; puede ser dañado por un minúsculo incidente y cuesta mucho reconstruirlo. En un caso similar, es preferible llevarlo al baño y » arreglar cuentas a solas». Existe en el organismo un músculo que la naturaleza ha puesto a disposición de los padres y que e determinado momento y habiendo fracasado los » buenos modales «, podrán usarlo. Es el trapecio y se encuentra en la base del cuello y a ambos lados.

Cuando al principio de este artículo mencioné que los especialistas habían llegado a conclusiones muy diferentes, variando de un extremos al otro, qué se puede esperar de nosotros, los menos entendidos en el asunto. Es perfectamente admisible que puedan existir diferentes criterios al respecto y en razón de ello, ustedes tienen la última palabra … y también la responsabilidad.

Un ejemplo educativo sobre camilla
Para aquellos que no estén de acuerdo con el castigo físico (razonablemente aplicado), permítanme plantearles el siguiente caso: es hora de acostarse y Camila lo sabe sin embargo se halla muy entretenida con su juego.
Su madre le dice » Camila es hora de ir a la cama» . Camila sigue con su rompecabezas. » Camila te he dicho que te vayas a acostar » . Camila guarda algunas piezas para dar a entender que la orden fue escuchada, por lo menos en parte.
» Camila, le voy a avisar a tu padre que no haces caso» . Pasan quince minutos. » 0ye Juan, tu hija no me hace caso de ir a acostarse y mañana tiene que levantarse temprano.. Juan , te estoy hablando ¡. Aparece Juan y de la oreja lleva a Camila a su cuarto.
Mientras discuten la falta de cooperación del uno con el otro, escuchan los lloriqueos de Camila en su cuarto. Analizando la situación hubiera sido preferible que la madre , ante la segunda negativa, hubiera apretado el doloroso musculito y hubiera llevado Camila a dormir. Se hubieran evitado gritos, insultos, la participación violenta de Juan y hubieran tenido más tiempo para el descanso.
Por su parte, Camila hubiera aprendido de que es posible evitarse el pellizcón, haciendo caso a un razonable pedido de su madre.

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